OVERTIME PAMPLONA ROOM ESCAPE (Call or Die) octubre 19  TESTER

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Para amantes de la acción desenfrenada y la aventura más frenética que quieran vivir la partida más intensa de sus vidas.

Lo+: Supone, por sí sola, una nueva evolución del formato escapista, abriendo fronteras que ni siquiera se atisbaban en el horizonte.

Lo-: Ese genial cliffhanger es completamente incompatible con nuestras ansias de más.

Mad Mansion se ha acostumbrado a sorprender. Quizá nosotros, jugadores empedernidos, nos hemos acostumbrado -y que esto sirva de reflexión- a dejarnos sorprender por unos grandes del entretenimiento, y uno podría llegar a pensar que se trata de una tendencia finita, abocada, no al desastre, ni mucho menos, pero sí a estancarse en determinado punto de la cronología presente o futura. Lo que falla precisamente en esta apreciación (esa X perdida en la ecuación) es la inaudita capacidad de la marca para convertir la superación constante y sin par en un arte maestro, y el virtuosismo suficiente para entregar, en un mismo año -y a expensas de próximas novedades-, cinco verdaderas joyas del escapismo, todas ellas meritoriamente groundbreaking en sus respectivos géneros, y alcanzar el último trimestre de este 2019 con el mayor colofón que este mundillo (aparentemente nuevo, pero en profunda expansión, gracias en parte a estos auténticos visionarios, a falta de un calificativo más redondo) ha visto -o vivido, pues de eso se trata, ahora más que nunca- jamás.

Así, con una habilidad innata para estos entuertos, Call or Die se presenta como la experiencia definitiva del formato, más no del que todos conocemos y amamos, sino de uno nuevo, acuñado a base de fuego y brutalidad en la sede de Overtime para marcar un antes y un después en la historia del escapismo, en la línea de lo que Star Wars supuso para la ciencia ficción o El Caballero Oscuro para el género superheroico.

No es ésta última una comparación vacía o casual, pues son muchos los aspectos que comparte con la obra maestra de Cristopher Nolan, más allá de las divertidas y estrafalarias referencias y easter eggs que harán las delicias de todo fanático. Su condición de secuela, no solamente más intensa, sino también diferenciada y más profunda que la original, perfecta tanto a la hora de diseñar una nueva trama como para ampliar la mitología Ghost; también la ideal mezcla entre sello autoral y blockbuster de altos vuelos, que consigue hacer funcionar la sala como evolución completa del formato sin olvidar un ápice todos los aspectos que engrandecen la experiencia y la convierten en algo completamente transgresor, dispuesto a romper esquemas, horizontes y preconcepciones y viajar allí donde nadie se había aventurado antes.

De este modo, además de la insana cantidad de enigmas originales, veloces y lógicos, bien empleados y mejor ejecutados dentro de (todos) los parámetros de la partida, que convierten la experiencia en un reto admirable y portentoso, Call or Die arriesga sin reservas con una imponente y espectacular sucesión de set pieces explosivas dignas del mejor y más grande cine de acción. Cargada de intensidad y frenetismo, encadena escenas memorables, adrenalíticas y desenfrenadas que el jugador atravesará atónito, boquiabierto y entregadísimo, incapaz de disimular su asombro ante la que resulta la aventura más al límite, intensa y realista del mercado.

Como parece no poder ser de otra manera, articulan un espacio interactivo que deviene invariablemente una de las más gratas sorpresas del conjunto. Sobrecogedor y original a partes iguales, implica otra reconcepción en lo que a gestión y aprovechamiento de espacios se refiere. Empleando un uso increíble tanto de la verticalidad como de la horizontalidad, el diseño 3D y su aplicación a un contexto más similar al del videojuego que al de una sala de escape al uso (una sensación empoderada por dos GM que se cuentan entre los mejores de su oficio), integra a la perfección la historia y sus acertijos al tiempo que se postula decisivo para facilitar y engrandecer los momentos más fieros del espectáculo, convirtiéndose en un elemento apoteósico, casi como si se tratara de un jugador más, capaz de redondear la experiencia y añadir capas y más capas de deleite y maravilla.

Después de esto, el escapismo nunca volverá a ser el mismo. Que tampoco lo fuera tras Dino Rising o Dragonborn dice mucho, si no todo, de la cualidad de Mad Mansion como máximo exponente en la materia.

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