MADNESS TOLEDO (The Mystery of Scum Island) agosto 19

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Para todo buscador de aventuras empedernido que sueñe con un mundo más allá de su imaginación.

Lo+: Su sentido de la espectacularidad y el entretenimiento, increíble e intrépido.

Lo-: Como desconocedores del videojuego original, nos habremos perdido numerosos guiños y referencias que sin duda fortalecerían una experiencia de por sí rompedora.

El bagaje escapista de los últimos años, aunado a una clara tendencia del sector hacia la espectacularidad y las superproducciones que tratan de emular en mayor o menor medida a sus referentes más aclimatados en la empresa de narrar historias, estos son, el cine y los videojuegos, han dejado patente una cosa muy clara, y que a fin de cuentas, en un rincón del ocio que ha hecho de la imaginación y la intuída pericia del jugador -es decir, el público mismo- claros estandartes de funcionalidad, resulta ser el irreverente meollo de la cuestión: no es nada fácil crear aventura en vivo, recrear los escenarios y las situaciones que otros canales solamente nos permitían vislumbrar a través de una pantalla, haciendo partícipe a los jugadores sin caer en el saco roto que, en términos populares, vendría a resultar en aquello del mucho ruido y pocas nueces. La fórmula del todo vale, cuando es en la suma de detalles y virtudes donde las salas de escapismo encuentran su lugar más particular, termina cayendo por su propio peso, al no entender la relevancia del equilibrio entre las partes. Una ambientación espectacular no debería pagar jamás el precio de ver sus pruebas arrolladas, no a segundo plano, sino ya a cuarto o quinto. Los ejemplos, al abasto de vuestras manos (y de este blog, ¿por qué no?), deberían considerarse a día de hoy emblemas de un hacer que no se encuentra a la altura de las circunstancias, por más que haya quienes traten de promulgar lo contrario.

El ambicioso proyecto que se dejaba entrever en el planteamiento del complejo Madness Toledo no podría, ni en este ni en muchos otros sentidos, haber empezado con mejor pie. The Mystery of Scum Island, quizás una de las entregas de la ópera Mad que mayor incertidumbre generaban desde este blog, por desconocimiento irreverente de las fuentes originales, no puede ser considerada menos que un verdadero triunfo del escapismo y la aventura en vivo. Son muy claras las fronteras que el género del room escape ha marcado a lo largo de su relativamente corta existencia, mas el sello de la doble M parece haberse propuesto derribar todas ellas de la manera más explosiva e impertinente que haya en sus manos: un torrente de ideas, imaginerío visual y locura incendiaria que ya ha entregado las que para nosotros son dos de las tres mejores salas de lo que llevamos de 2019, y cuya voluntad rompedora de esquemas -para nuestra buena fortuna- parece no tener fin.

El equilibrio al que hacíamos referencia -la capacidad de entender la sala como un todo- es aquí materia integrante de la historia, y alcanza cotas a las que muy pocas veces -o nunca- se había asomado el jugador. El cuidado en la definición y el desarrollo de una imponente cantidad de enigmas es palpable juego a juego, en los que cada engranaje encaja a la perfección con el siguiente, otorgando un efecto de fluidez y dinamismo que es inusual incluso para las salas más acertadas de nuestro recorrido escapista, integrándolos más allá de la perfección en una trama esbozada y entregada al entretenimiento más puro y en unos paisajes de ensueño.

La ambientación se revela con desparpajo como un despliegue bello y exuberante de formas rocambolescas y plasmadas para deleite de los participantes. Su diseño de dibujo animado, que ya se dejaba intuir en la clásica Mansión de los Crowell, concibe el escenario en un tono que, además de adecuadísimo a las circunstancias, sabe viajar con gracia entre la espectacularidad más grandilocuente y el mimo hacia los detalles más pequeños. Consigue, asimismo, una concepción y aprovechamiento de los espacios vital para la partida, en una suerte de montaje excelso que habla con creces de la capacidad actual de Mad Mansion para estampar su marca allí por donde pasa, sumado a un grado de interacción con el entorno que solamente puede calificarse de brutal.

Incluso la vertiente más cómica y familiar de la historia, que hará las delicias de quienes se impliquen al máximo, una vis que resultaba curiosa y alejada de lo que nos tenían acostumbrados estos chicos, deviene un punto de inflexión clave a la hora de confabular un juego enérgico y lleno de poderío, construyendo un universo paralelo repleto de extravagancias de ensueño y maravillas por doquier, que enciende las expectativas hacia lo que nos tengan planeado en el futuro más cercano.

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